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Fútbol

El Liverpool cae a los infiernos

Premier League

El seis veces campeón de Europa toca fondo en la Premier League tras una nueva derrota ante los Wolves (3-0), la tercera en cuatro partidos

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Cuando solo restan dos semanas para que el Real Madrid visite Anfield en los octavos de final de la Liga de Campeones, el Liverpool es un imperio en ruinas. De la mano de una defensa dramática, este gigante inglés está ya eliminado de ambas copas nacionales, es décimo en la Premier League a 10 puntos de los puestos europeos y solamente la enésima posibilidad de revancha ante el campeón de la Champions, ese equipo que le privó de los títulos de Kiev y París, genera un mínimo de ilusión en la mitad roja de la ciudad a orillas del Mersey.

El desempeño gris, irregular y apático de los Klopp en el grueso de la presente temporada se puede resumir con el partido de la tarde de este sábado en el Molineux, un encuentro que recoge y resume todos los males de un equipo que es una caricatura de aquel Liverpool que encandiló al continente en la última década.

Los 'reds' pisaron el verde de Wolverhampton dubitativos y, claro, en consecuencia a sus temores llegó pronto el 1-0 (minuto cinco) con un gol de Matip en propia puerta que desató la ira de Alisson Becker; aunque no sería la última bola que el meta brasileño recogiera de lo más hondo de la red. A contracorriente, el Liverpool parecía un equipo tan acomplejado que no ganaba un duelo individual ante el vendaval de los de Julen Lopetegui. Pocas jugadas después del gol, en una acción a balón parado –una dolencia endémica en su temporada–, Dawson duplicó la ventaja.

Desde entonces, el juego viró hacia un quiero y no puedo visitante. El Liverpool, herido, sacó su alma de equipo grande y se lanzó a por el empate, pero solo el recién llegado Gakpo y el jovencísimo adolescente español Bajcetic aportaban alegría a un grupo hundido. Salah, muy lejos de su nivel pese a los siete goles y las cuatro asistencias que suma en Premier, estaba errático en el regate, lento en la definición y, lo más preocupante, desaparecido cuando los suyos más lo necesitaban. Sin la alternativa de Mané en la izquierda y con Luis Díaz lastrado muscularmente, el protagonismo absoluto del egipcio en el juego ofensivo no parece beneficiarle.

Asimismo, la lesión de Firmino en el parón mundialista, un delantero que había vuelto a mostrar su mejor versión, hizo que todos los focos apuntaran a un Darwin Núñez que está sufriendo sobremanera en sus primeros meses en Gran Bretaña. El ariete uruguayo al que no se le puede negar que es perseverante en su esfuerzo, está fallando ocasiones de gol clarísimas jornada tras jornada (como ayer en el mano a mano ante José Sá) en un bucle que permite recordar a sus detractores que costó 75 millones de euros en el pasado estío.

Caos en la defensa

Sin que ninguna línea funcione como antaño, porque el nivel actual de hombres como Thiago o Henderson dista de su mejor versión en el centro del campo, los problemas defensivos están siendo los grises protagonistas de la campaña 'red'. Es una desazón coral que comienza con una deficitaria presión, continúa con la generación de grandes latifundios a la espalda y suele acabar en desgracia. En este sentido, el Liverpool ha encajado 28 goles en 20 jornadas ligueras, la misma cifra que, por ejemplo, su eterno vecino, el Everton, equipo que actualmente está en puestos de descenso.

Inequívocamente, el caos en la defensa es esencialmente un conflicto colectivo, pero esta dinámica negativa, como es habitual en todo lo inherente a este deporte, tiende a personificarse. Por ejemplo, Van Dijk, lesionado muscularmente desde principios de enero, no es el mismo desde que aquella patada criminal de Pickford le destrozara la rodilla; Trent Alexander-Arnold, sus problemas para defender la espalda y su debilidad en el uno contra uno ante extremos de talento (aún recuerdan en Nápoles la tarde que le dio Kvaratskhelia) es un foco de peligro constante en el lateral diestro; y tanto Matip como Gómez hace ya varios cursos que no alcanzan el nivel para un grande de la talla del Liverpool.

Mientras sus pesadillas persisten, el Liverpool suma cuatro partidos consecutivos sin ganar en la Premier (tres de ellos perdidos) y el horizonte se vislumbra complejo. Pero en un deporte donde la victoria recupera casi de ipso facto la autoestima de equipos abatidos, el próximo lunes 13, el derbi de la ciudad ante el Everton en Anfield, los de Klopp pueden dar su primer paso hacia la recuperación.

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