Manifestaciones por la vivienda, en directo | Las protestas contra el precio de la vivienda continúan esta tarde en ciudades como Barcelona y Valencia
El Sindicato de Inquilinas: “Se acabó marcharnos de nuestros barrios y ciudades” | Casi 40 ciudades piden la bajada de los precios del alquiler y recuperar las viviendas vacías | La ministra de Vivienda afirma que comparte algunos reclamos de las manifestaciones y pide el compromiso de todas las administraciones


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Las manifestaciones contra el precio de la vivienda continúan esta tarde en ciudades como Barcelona y Valencia, después que esta mañana decenas de miles de personas hayan salido a las calles de Madrid, Sevilla, Málaga, Las Palmas de Gran Canaria o Donosti, entre otras. Las movilizaciones tendrán lugar en total en 39 ciudades. En Madrid, Valeria Racu, portavoz del Sindicato de Inquilinas, ha asegurado que esta movilización coordinada marca un momento histórico. “Se acabó marcharnos de nuestros barrios y ciudades”, ha exclamado en su atención a los medios. Los convocantes reclaman que bajen los precios de los alquileres, que se generalicen los contratos indefinidos, recuperar las viviendas vacías, turísticas o en alquiler de temporada, el fin de la especulación y que se desarticulen los grupos de desokupación. La ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, ha afirmado que comparte algunas de las peticiones de los manifestantes y ha pedido la colaboración de todas las administraciones para resolver el problema. “Las viviendas deben ser para vivir y no para especular”, ha escrito en su cuenta de X.


Barcelona | El Sindicato de Vivienda: “Si los gobiernos no se plantan contra el poder inmobiliario, la crisis de vivienda se les llevará por delante”
La portavoz del Sindicato de Inquilinas, Carme Arcarazo, ha advertido de que “los precios siguen por las nubes, nos siguen echando de casa, la mayoría de los anuncios son de temporada, los gobiernos no hacen nada y la gente está harta. Los rentistas son culpables, pero los gobiernos son responsables, no son conscientes de que si no se plantan contra el poder inmobiliario, la crisis de vivienda se les llevará por delante”.

Barcelona | “Acabemos con el negocio de la vivienda”
Miles de personas marchan en Barcelona. Entre las diferentes pancartas y carteles que portan, en una se lee "Acabemos con el negocio de la vivienda". En la Ciudad Condal, no se ha convocado una manifestación al uso, sino un "acto político" en la avenida de María Cristina, junto a la plaza de España.

Marina Paredes, Sindicat d’Habitatge Socialista de Catalunya, ofrece declaraciones a los medios antes de la manifestación en Barcelona este sábado. / Alfonso L. Congostrina
Barcelona | “No seremos el trampolín de una nueva Colau”
Marina Paredes, del Sindicat d’Habitatge Socialista de Catalunya, ha lamentado: “Pedro Sánchez y Salvador Illa construyen vivienda para solucionar esta crisis. Hay miles de viviendas vacías y lo que están haciendo es apoyar a sus amigos constructores”. Paredes ha criticado a otras entidades de vivienda: “El sindicato no será el trampolín de una nueva Ada Colau. Hay que acabar con este negocio”.

Anna Olesti, 25 años, asiste a la manifestación de Barcelona contra el precio de la vivienda, este sábado. / Alfonso L. Congostrina
Barcelona | Anna Olesti, asistente a la manifestación: “Nos ha comprado un fondo buitre que nos envía burofaxes para expulsarnos”
Anna Olesti tiene 25 años y vive en la casa Papallona, un edificio del Eixample de Barcelona en el que conviven 14 familias. “Nos ha comprado un fondo que nos envía burofaxes para expulsarnos”, ha denunciado mientras participa en la manifestación de Barcelona. También ha criticado al Ayuntamiento que, dice, no los ayuda y solo el Sindicat Socialista de la Vivienda de Cataluña “está plantando cara a la propiedad”.

Comienza la manifestación contra el precio de la vivienda en Valencia este sábado.
Arranca la concentración en Valencia
Se empiezan a mover las cuatro columnas que participarán esta tarde en la manifestación convocada por la plataforma “València no està en venda” (Valencia no está a la venta) en el marco de las protestas por la situación de la vivienda que se han convocado en el país.
En la ciudad del Turia los precios de vivienda nueva, de segunda mano y los alquileres se han disparado desde que terminó la pandemia. Un estudio de la Universidad Politécnica de Valencia sitúa las subidas de precio para los inmuebles nuevos en un 80% y del alquiler en un 78% en los últimos cinco años.
Los residentes culpan al aterrizaje de fondos de inversión, cuyas transacciones se han vuelto más recurrentes en los últimos años, así como al negocio de los pisos turísticos, de los problemas de la vivienda. Según datos de las agencias inmobiliarias valencianas, en la ciudad hay un 75% menos de viviendas en oferta que hace cinco años.
“Airbnb, fuera de aquí” y “Especuladores, fuera del barrio”, gritan los manifestantes que avanzan desde el sur de la ciudad. “Barrios como Patraix, que históricamente han sido habitados por residentes, se están llenando de bajos destinados al turismo”, denunciaba un manifestante de este grupo.
Está previsto que las columnas se encuentren en la Plaza del Ayuntamiento, donde marcharán juntas hasta plaza América, donde se leerá un manifiesto.

Carme Arcarazo, portavoz del Sindicat de Llogateres i Llogaters, ha declarado ante los medios en Barcelona
Barcelona | El Sindicat de Llogateres i Llogaters anuncia una huelga de alquileres en inquilinos de La Caixa
Carme Arcarazo, portavoz del Sindicat de Llogateres i Llogaters, ha declarado ante los medios en Barcelona: “Cada 5 años nos echan de casa y cuando buscamos alquiler solo encontramos alquileres de temporada o habitaciones”. La portavoz ha amenazado: “Si los gobiernos no se plantan ante el poder inmobiliario la crisis de la vivienda se los llevará por delante”. Arcarazo ha hecho un llamamiento para que los inquilinos se unan a los sindicatos y ha anunciado una huelga de alquileres en inquilinos de La Caixa.

Ya se prepara la marcha en Barcelona
El Sindicato de Inquilinas ha convocado en Barcelona una concentración en la avenida de María Cristina, junto a la plaza de España, que comenzará a las 18.00 con diversas intervenciones.

Los andaluces muestran su rechazo a las políticas de vivienda en Málaga, Granada, Sevilla, Cádiz y Almería
Los andaluces han marchado en cinco capitales de provincia de su comunidad para protestar por la situación de la vivienda en el territorio donde más se ha encarecido su precio en toda España en el último año. La manifestación más multitudinaria ha sido la de Málaga, con 5.000 personas (10.000 menos que la última que se celebró en noviembre); seguida de Granada, con 4.000; Sevilla, con 2.500; Cádiz, con 1.000; y Almería, que apenas ha congregado a poco más de medio centenar, de acuerdo con los datos facilitados por la Delegación del Gobierno.
En 2024 creció un 13,4 % más que en el año anterior, de acuerdo con los datos difundidos a principios de mes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), una cifra que duplica la del de 2023, cuando subió un 5,3%, y que también excede en cinco puntos a la media nacional (8,4%). En cuanto al alquiler, la comunidad también registró el mayor incremento de su historia el año pasado, con un alza del 10,5%, situándose en una media de 11,8 euros por metro cuadrado, de acuerdo con el último informe del portal Idealista.

Barcelona | La protesta comienza a las 18:00 en forma de “acto político”
En Barcelona, el Sindicato de Inquilinas ha optado esta vez por no convocar una manifestación al uso, con inicio, recorrido y final, sino por celebrar un “acto político”, con parlamentos en la avenida de María Cristina, junto a la plaza de España. El acto está pensado como una sucesión de intervenciones de las principales organizaciones del movimiento por la vivienda (Sindicat de Llogateres, Confederació Sindical d’Habitatge de Catalunya, la Plataforma d’Afectats per la Hipoteca y el Sindicat d’Habitatge Socialista), además de protagonistas del conflicto: bloques de La Caixa que se han declarado en huelga, chabolistas del barrio de Vallcarca, inquilinos de edificios que han sido comprados, representantes de la plataforma de profesores que se han organizado para afrontar la crisis en las escuelas, o lo mismo en la atención primaria.

Unos 500 asistentes en la concentración de Las Palmas de Gran Canaria
La manifestación para protestar por la crisis habitacional en Las Palmas de Gran Canaria ha reunido a 500 personas, según datos de la Delegación del Gobierno. Durante la concentración en el barrio de Guanarteme, en la playa de las Canteras, se han llevado a cabo diferentes actividades como mesas informativas o la representación de canciones y pequeñas obras de teatro.
Los organizadores han denunciado que, según sus propios datos, más de 211.000 viviendas permanecen vacías en las islas, mientras unas 180.000 personas no tienen acceso real a una vivienda estable. “A esta realidad”, prosigue el manifiesto, “se suma un proceso acelerado de una turistificación y gentrificación, que ha transformado nuestros barrios en escaparates, expulsando a quienes han vivido, cuidado y construida comunidad en ellos”.


Protestas en edificios de Barcelona que han sido comprados por inversores, este sábado. / Sindicato Socialista de la Vivienda
Protestas en edificios de Barcelona que han sido comprados por inversores
La célebre Casa Orsola no es el único ejemplo de edificio del barrio del Eixample de Barcelona comprado por sociedades inversoras que no renuevan los contratos a los vecinos inquilinos y convierten las viviendas en alquileres más rentables. El Bloc Papallona, cerca de la plaza de Espanya, donde hoy está convocada la protesta en la capital catalana, se encuentra en una situación parecida y sus vecinos han colgado pancartas sobre el mosaico que les da nombre. "Es nuestra casa, no su negocio", se puede leer junto a la exigencia de "Acabar con el negocio de la vivienda".

Andorra también se manifiesta por el acceso a la vivienda
Con el lema "Frente al abuso y la venta de humo, regulación de los alquileres, ya", los andorranos están llamados también a manifestarse esta tarde. "No podemos esperar más, si no nos movilizamos, nada cambiará. Esta lucha nos afecta a todos: jóvenes, trabajadores, familias, mayores, monoparentales... No podemos permitir que vivir en nuestro país sea un lujo", afirma la convocatoria de la Asamblea por la Vivienda Digna de Andorra la Vella.
En un país donde no abundan las protestas en la calle, la convocatoria exige cuestiones que están vinculadas a su idiosincrasia y legislación, como la creación de un registro público de la propiedad inmobiliaria. Entre los manifestantes andorranos estarán miembros de la plataforma Pirineu Viu de Cataluña, que agrupa a poblaciones de montaña donde las segundas residencias han dejado a los vecinos sin vivienda.

La ministra de Vivienda afirma que comparte algunos reclamos de las manifestaciones y pide el compromiso de todas las administraciones
La ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, se ha pronunciado en X (antiguo Twitter) tras las manifestaciones en diversas ciudades españolas. Rodríguez ha lanzado una serie de mensajes en los que recoge las medidas impulsadas por el Gobierno, como, entre otras, la construcción de un parque público de vivienda o la creación de la Empresa Pública de Vivienda. Ha reconocido que “las soluciones estructurales requieren tiempo” y ha pedido el compromiso de todas las administraciones. Del mismo modo, la ministra ha asegurado que comparte algunos reclamos de los manifestantes y se ha mostrado contraria “a los pisos turísticos ilegales que gentrifican” los barrios.

Concluyen las manifestaciones de la mañana. Continuarán por la tarde en ciudades como Barcelona y Valencia
Las manifestaciones contra el precio de la vivienda celebradas esta mañana en las principales ciudades españolas han concluido a primera hora de la tarde. Las protestas continuarán a partir de las 17.00 en Albacete y Castellón; a las 18.00 en Barcelona, Alicante, Menorca y Tenerife; a las 18.30, en Ourense, Valencia y Zaragoza; y a las 19.00 en Segovia y Vigo.

Los asistentes a la protesta en Madrid piden en el manifiesto la bajada de los alquileres y el fin a los desahucios y a los pisos turísticos
“La bajada de los alquileres no es un capricho, es una necesidad. Si no los bajan, los bajaremos nosotras”, exclama Valeria Racu, durante la lectura del manifiesto en Madrid. Este es uno de los principales reclamos de los convocantes, a los que se suma la interrupción de los desahucios y de las organizaciones que promueven esta situación como Desokupa.
Racu también exige la instauración de contratos indefinidos. “No nos vamos, nos quedamos; basta de que nos tengamos que ir de los barrios”, añade. Por lo que hace un llamamiento a huelgas de alquileres, y a que los inquilinos bajen ellos mismos sus rentas.
Un participante comparte su testimonio desde la tarima. “Estamos hartos de que nuestros ingresos vayan a parar a un fondo buitre”, afirma. Relata la huelga a la que él junto a muchos otros en su situación se han sumado para hacer frente a la presión del fondo y que, a su juicio, dará resultados a su favor.
“Exigimos las viviendas que transformaron en pisos turísticos y que nos condenan al desarraigo”, exclama otra manifestante en su discurso. Recientemente, el Gobierno ha trasladado al Ayuntamiento de Madrid un informe en el que calculan que 15.200 pisos destinados al negocio vacacional operan fuera de la norma.

Madrid | Los convocantes calculan en más de 100.000 los asistentes a la manifestación, Delegación del Gobierno lo rebaja a 15.000
“Un aplauso para los más de 100.000 asistentes, es impresionante”, gritan desde una tarima en final de la Gran Vía, junto a Plaza de España. “Hoy se acaba el negocio de la vivienda, a partir de mañana seguimos organizándonos, somos más fuertes que cualquier rentista o casero cuando nos organizamos y esto lo estamos demostrando ahora”, exclama la portavoz del Sindicato de Inquilinas.
La cifra de asistentes reportada por la plataforma supera con creces a la de la última manifestación. Sin embargo, la Delegación de Gobierno ha calculado en 15.000 los participantes, cantidad similar a la de la protesta del 9 de febrero. En la primera línea se encienden bengalas verdes. Mientras se canta al unísono: “Que viva la lucha de la clase obrera”.
Otro portavoz denuncia la intervención policial. Asegura que algunos agentes intentaron evitar que se coloque una pancarta unas calles más abajo, en la cola de la manifestación.


Manifestación por una vivienda digna en San Sebastián, este sábado. / M. O.
San Sebastián | “La solución al problema de la vivienda no vendrá de los políticos”
La Guardia municipal donostiarra no ha realizado un recuento de los asistentes a la única manifestación celebrada este sábado en el País Vasco por la crisis de la vivienda, pero han sido varios miles de personas (en diciembre pasado se reunieron 8.000 en Bilbao por la misma causa) las que han tomado parte en una movilización a favor del derecho universal a la vivienda. Los promotores de la marcha, el Sindicato Socialista de Vivienda de Euskal Herria ha asegurado al término del acto que esta convocatoria “ha dejado alto y claro que la solución no vendrá de la mano de políticos que financian el negocio inmobiliario, sino de la organización y la lucha por mejoras efectivas que reduzcan los beneficios del sector inmobiliario”.
En el manifiesto leído en el kiosko del Boulevard se denuncia que “el acceso a la vivienda se ha convertido en un factor clave del empobrecimiento de la clase trabajadora”. Según los organizadores, “los crecientes precios, las dificultades para alquilar o comprar y el aumento de los desahucios son síntomas de un problema estructural”.
Durante el recorrido se han lanzado consignas como “nuestra miseria es su riqueza” y en contra de los desahucios. También han señalado varias agencias inmobiliarias y oficinas bancarias con carteles que pedían “suspensión de todos los desahucios”, “bajada de todos los precios” o “no a los filtros racistas”. “La crisis de la vivienda afecta a la clase trabajadora, mientras que para empresarios y rentistas todo va viento en popa”, han señalado ante miles de congregados. Responsables del citado sindicato han incidido en que “las respuestas institucionales al problema consisten en dar más poder a quienes lo causan. Subir los precios más despacio no es bajarlos, es garantizar que nos empobrecen más lentamente”.

La manifestación en Málaga reúne a 5.000 personas
La manifestación celebrada esta mañana en Málaga ha reunido a 5.000 personas, según ha informado la Policía Nacional. Es la menos multitudinaria de las realizadas en la ciudad desde el pasado mes de junio. Ha acabado hace unos minutos en el Parque de Huelin, donde se ha leído un manifiesto en el que se ha denunciado que “las instituciones venden la ciudad al mejor postor, al monocultivo turístico”.

San Sebastián | Silvia y Manex: “El alquiler nos está ahogando”
Los jóvenes figuran entre los afectados principales de la carestía de la vivienda en Euskadi. Es el caso de Silvia y Manex, ambos donostiarras y de 29 años de edad. Han tenido que marcharse a vivir a Andoain (a 16 kilómetros de San Sebastián) para encontrar un piso acorde a sus posibilidades económicas. “San Sebastián está imposible, es carísimo. Nos hemos mudado a Andoain y aun así el alquiler nos está ahogando económicamente”, explica Manex, que está terminando un máster y saca “unos eurillos” dando clases particulares. Silvia tiene un salario “muy modesto” trabajando en la hostelería.
“El tema de la casa nos condiciona todo. Todos los meses tenemos que hacer equilibrismos para pagar la renta y a veces tenemos que pedir ayuda a nuestros padres”. Hablan de los problemas que tiene la juventud vasca para emanciparse en condiciones dignas. “En nuestro entorno el problema de la vivienda es una plaga. Los precios son altos y parece que no hay vuelta atrás”. ¿Y comprar un piso? “Imposible, ni en los mejores sueños”, sentencia Manex.


Víctor Antonio Bernardo, en Madrid. / L. P. V.
Madrid | Víctor Antonio Bernardo: “Los latinos lo tenemos más difícil”
Víctor Antonio Bernardo, es un obrero jubilado. Tiene 70 años y destina todo lo que ingresa de la pensión para el alquiler, por lo que se ha visto obligado a hacer trabajos extra para comer. “A está edad tengo que hacer malabares para subsistir”, afirma.
Víctor ondea una bandera de Perú, el país en el que nació. Lleva 28 años viviendo en España y lamenta que desde entonces la situación de exclusión inmobiliaria no haya cambiado. “Los latinos, las personas de color, aún lo tenemos más difícil; los que tienen la vivienda responden a quien les ofrece más dinero”, agrega.
Su sentir se respalda con el informe publicado por Provivienda la semana pasada en el que se señala que en Madrid y Barcelona un 99% de las inmobiliarias consultadas en el estudio acceden a aplicar cláusulas racistas amparados en el desequilibrio entre la oferta y la demanda.

Miles de personas han vuelto a salir a la calle para manifestar su enfado y frustración por la crisis de vivienda que sufre España, que devora una porción altísima del poder adquisitivo y sabotea el proyecto vital de muchos, especialmente de los jóvenes. La protesta ha sido convocada por los sindicatos de inquilinos, que han llamado a la movilización en 39 ciudades. Reclaman que bajen los precios de los alquileres, que se generalicen los contratos indefinidos o el impulso de las Administraciones para recuperar las viviendas vacías, turísticas o en alquiler de temporada. También piden que se acabe la compra de pisos para especular o que se desarticulen los grupos de desokupación.


Concentración en Las Palmas de Gran Canaria, este sábado. / G. V.
Las Palmas de Gran Canaria | La manifestación llega a su fin
Varios centenares de personas han acudido a la Concentración en Las Palmas de Gran Canaria. “Tenemos que tomar las calles, este es solo el principio”, gritan los representantes del colectivo Derecho al techo. “Si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra”.
Inmaculada I., de 42 años, trabajadora en Salvamento Marítimo, ha venido a apoyar porque, entre otras cosas, está afectada. “Vivo en Guanarteme. Y pago más de lo que puedo pagar, en realidad. Tardé cuatro meses en encontrar algo”.


Laura Acosta y su marido, Alejandro Martín, junto a sus hijas, hoy en Sevilla. / Paco Puentes
Sevilla | Alejandro Martín: “La necesidad de vivienda se ha convertido en un negocio”
“Nunca hemos tenido vivienda en propiedad, siempre hemos estado de alquiler, y ahora que tenemos dinero ahorrado nos es imposible comprar, sobre todo para poder quedarnos en la zona donde se han criado nuestras hijas”. Laura Acosta, periodista de 45 años, pero que trabaja en dirección de proyectos, resume así la espiral de la que no puede salir su familia, enredada de la tormenta perfecta de la especulación, la escasa oferta y el auge de pisos turísticos en el centro de Sevilla. Su marido, Alejandro Martín Torrente, de 46 años, sabe bien de qué va el problema. No en vano, es arquitecto. “La necesidad de vivienda se ha convertido en un negocio. Está claro que la vivienda no puede costar lo que hace 30 años, pero lo que encarece los precios es el suelo y la especulación”, indica.
Martín considera que las medidas adoptadas tanto por el Gobierno central como por la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento son “tímidas”. “Si están haciendo algo es porque están viendo que los precios se están volviendo inasumibles y que eso también debilita al consumo”, añade. Considera que una forma de evitar que sean las cadenas hoteleras o los fondos que se dedican a los apartamentos turísticos quienes asuman irremisiblemente la rehabilitación de edificios del centro en estado ruinoso pasa por imponer límites. “Igual que se hizo en su momento para impedir la apertura de bares en zonas saturadas de ruido, habría que marcar zonas saturadas de turismo”, indica, una medida que se contempla en la ley de vivienda estatal, pero que el Gobierno de Moreno rechaza aplicar en la comunidad.


Adrián Haro y Rebeca González, de 24 y 28 años. / G. V.
Las Palmas de Gran Canaria | “Solo viviendo en un barrio abandonado podemos pagar la hipoteca”
Adrián Haro y Rebeca González, de 24 y 28 años, pueden permitirse la hipoteca porque encontraron un chollo en el barrio de San Francisco, en una de las montañas que rodean a la ciudad. “Es una zona de clase baja, pobre, sin servicios”, explican. “Solo. Aquí podemos pagar la hipoteca”. Ella es dependienta, él está en paro: “pero ambos tenemos carreras”, advierten. “Aunque sirve para poco”.
Cerca de ellos, Alejandra García y Sonia Peña, también dependientas. Prefieren no ser fotografiadas. Tienen 25 años y viven con sus padres. “Lo vemos imposible con nuestros sueldos de miseria”, lamentan. Canarias es la comunidad con los sueldos más bajos, según el INE, con 1.976 euros al mes, el 81% de la media nacional.


Valentino Paccini, uno de los asistentes a la manifestación en Madrid este sábado. / L. P. V.
Madrid | Jóvenes atrapados en el alquiler
Valentino Paccini, uruguayo de 28 años, lleva viviendo cuatro años en Madrid. Este sábado levanta un cartel con un buitre en contra de todos los que “engordan” a costa de la crisis habitacional. “Cada vez es menos accesible la vivienda, no solo para los jóvenes, sino para otras personas de mayor edad”, asegura. Valentino lamenta que pese a tener un sueldo más alto que el de la media, el piso que alquila con su pareja se lleva aproximadamente la mitad de su salario.
“Por menos de 1.200 euros al mes no encuentras piso dentro de la M-30”, sostiene. También reclama la intervención de empresas de seguro de alquiler que implican cobros extra para los inquilinos, como Alquiler Seguro. De momento, adquirir una vivienda no es una opción para Valentino. “Tal y como está el mercado inmobiliario tienes que tener ayuda de tus padres o haber ahorrado mucho dinero, es imposible”, lamenta.


San Sebastián | Karla: “El negocio inmobiliario es actualmente uno de los que más rentabilidad ofrece”.
La pancarta que abre la manifestación de San Sebastián dice “no al negocio inmobiliario” y añade que “la solución no vendrá de los empresarios y los políticos”. Una de las portadoras de esta pancarta es Karla Pisano (28 años), portavoz del sindicato Vivienda Socialista en el País Vasco y Navarra, quien se muestra crítica con las medidas que se están aplicando en Euskadi para solucionar el problema de la vivienda, calificado por el consejero del ramo, Denis Itxaso, como una cuestión de “emergencia social”. “El negocio inmobiliario”, comenta Pisano, “es actualmente uno de los que más rentabilidad ofrece y los poderes públicos se están dedicando a justificar la financiación a ese sector. Las inversiones especulativas inmobiliarias están aumentando”.
El último Sociómetro vasco sitúa la vivienda como un asunto que inquieta a casi la mitad de la población. Es, junto a la sanidad, el problema que más preocupa a los vascos. Pisano alerta del peligro de que la burbuja inmobiliaria vaya a más “si se sigue favoreciendo fiscalmente a los grandes propietarios y se destina dinero y suelo público para construcciones que benefician a los empresarios”.
El Gobierno vasco quiere duplicar las viviendas en alquiler durante esta legislatura, aumentar en un 50% las protegidas hasta llegar a las 116.000 y multiplicar por dos el ritmo actual de rehabilitación de edificios. El plan de choque incluye la aprobación en breve de una ley de medidas urgentes que contemplará una rebaja en el porcentaje obligatorio de VPO y la reserva de suelo para edificar pisos protegidos, entre otras medidas. Pisano desconfía de su efectividad: “El grueso de las medidas que se están aplicando consisten en destinar dinero público que pasa de manos del inquilino a las del propietario y en fomentar el sector de la construcción”.


El coordinador federal de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, atiende a los medios en la manifestación de Málaga. / Adrià Riudavets / Europa Press
Antonio Maíllo (IU) defiende “la intervención pública en la política de vivienda”
El coordinador federal de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, ha defendido “la intervención pública en la política de vivienda” y ha advertido de que “dejada en manos privadas ha sido un fracaso”. Durante su participación en la manifestación de Málaga, el líder de IU ha precisado que cuando hablan de intervención pública “significa que en manos del Estado debe haber una planificación, no solo en la construcción y rehabilitación de vivienda, también en medidas legislativas de tope de precios de alquiler para garantizar su asequibilidad, así como la parálisis de viviendas turísticas que suponen una detracción de viviendas en el parque de alquiler en las grandes ciudades y en las zonas tensionadas”.
“Confiamos en que esta movilización popular, amplia, diversa y plural sea el aldabonazo que consideramos necesario para que la negociación en las instituciones, sobre todo en vía presupuestaria, se traduzca por un cambio radical en las políticas de vivienda que permitan reequilibrar el actual desequilibrio que existe entre las rentas del trabajo mejoradas y las rentas que van a la vivienda, que suponen la neutralización de las mejoras laborales porque a la mayoría de las familias trabajadoras se les va gran parte del sueldo que han mejorado en el pago de alquileres o de hipotecas”, ha concluido. (EP)


La portavoz de Derecho a techo, Andrea Farah, durante la lectura del manifesto en Las Palmas de Gran Canaria, este sábado.. / G. V.
Las Palmas de Gran Canaria | “No queremos promesas vacías”, reclaman los organizadores
La portavoz de Derecho a techo, Andrea Farah, ha afirmado: “No queremos promesas vacías”, durante la lectura del manifiesto de la convocatoria, irónicamente bajo un cartel de “se vende” en el edificio de detrás. “Estamos en Guanarteme, caminar por aquí es transitar entre grúas y franquicias”, aseguran los portavoces, “y todo pasa tan rápido que ya no conocemos a nuestras vecinas. No solo es una lucha por el techo, es una lucha por la dignidad, la justicia, por vivir en paz”.
Entre otras cuestiones, los organizadores reclaman una bajada de los alquileres al 50%, la expropiación de viviendas vacías a fondos buitre, bancos, grandes inmobiliarias y constructoras, la recuperación de los pisos turísticos para vivienda habitual y regulación de alquileres temporales y por habitación, la suspensión de todo tipo de desahucios —independientemente de que el arrendador sea un gran tenedor o no— y recuperar los contratos de alquiler indefinidos, entre otros.

Madrid | La manifestación llega a Gran Vía
“Bote, bote, bote, rentista el que no bote”, gritan a la cabecera de la manifestación y cientos de los asistentes saltan y baten sus llaves al compás a la altura del edificio Metrópolis en Madrid. En el altavoz suena uno de los últimos éxitos de Bad Bunny: Debí tirar más fotos. De este modo ingresa la cabecera de la manifestación a la Gran Vía, en su camino a la Plaza de España. Mientras, a la cola, otros cientos aún llegan al Palacio de Cibeles.
Unos metros más adelante, una manifestante cambia el tono del ambiente y canta una versión del afamado chotis: Madrid, Madrid, Madrid por el altavoz. Mientras tanto, dos banderas de unos tres metros de largo destacan entre la multitud. Una reza “Stop desahucios” y otra lleva el conocido personaje de bigotes y sombrero del juego de mesa Monopoly.


José Enrique Alonso, en Sevilla. / Paco Puentes
Sevilla | José Enrique Alonso: “Una hipoteca a 30 años al final es una losa”
José Enrique Alonso tiene 35 años y es ingeniero. Tiene un buen salario que, sin embargo, no le llega para poderse comprar un piso en el centro de Sevilla similar al que comparte con su pareja y en el que vive de alquiler. “El equivalente a una vivienda como en la que estamos viviendo ahora es muy caro y el coste de entrada muy alto”, indica.
Tiene claro que esta situación viene provocada por el auge de los pisos turísticos “y la especulación de quien tiene un piso en propiedad, que también es lógico que quiera sacarle partido, cuando todos lo hacen”, explica. Una situación que aboca a las parejas jóvenes, como la que él forma, a tener que irse a municipios de la periferia, algo que él, que viene precisamente de la zona metropolitana de Sevilla, donde viven sus padres, no se plantea. Entre otras cosas, porque esa presión hacia las afueras, también ha provocado un encarecimiento de los precios allí. “Mis padres viven en el Aljarafe y el precio de su casa se ha triplicado. En su momento, ellos pudieron permitirse unir dos viviendas, ahora una sola vale igual que las dos juntas. Irse a la periferia te supone una hipoteca de 30 años, que al final es una losa”, sostiene.
No cree ni en las medidas del Gobierno central, ni en las de la Junta de Andalucía, que aboga por desgravaciones en el IRPF para quienes adquieren vivienda. “No tengo muy claro las cosas, o las ayudas o facilidades, porque al final la difusión de esas medidas no es clara, no sé si tengo derecho a deducción o si esa medida ya ha dejado de aplicarse”, indica.


Abdessalam, durante la protesta en San Sebastián, este sábado. / M. O.
San Sebastián | Abdessalam: “Hay un problema de racismo. Cuando oyen tu nombre dicen que no te alquilan el piso”
Abdessalam tiene 51 años y vive de alquiler en Vitoria. Es padre de tres niños menores y asiste a la manifestación de San Sebastián junto a su pareja, también marroquí. Es la primera vez que acuden a una convocatoria de este estilo. “Estamos aquí para defender nuestros derechos y denunciar el problema que tenemos los extranjeros para acceder a una vivienda. Es un problema de racismo, porque cuando hablas con un propietario y oyen tu nombre dicen que no te alquilan el piso”.
Vive con su familia en un alquiler “de precio normal” en la capital alavesa: “Hay anuncios de viviendas vacías y con un precio bueno, pero el problema que es que muchos dueños quieren alquilar una vivienda sin firmar un contrato, sin pedir empadronamiento, pagando en negro y, además, te piden un precio que no es lógico”.


Miguel Anir, duran la protesta por la vivienda en Las Palmas de Gran Canaria. / G. V.
Las Palmas de Gran Canaria | Miguel Anir: “A los autónomos no se nos permite alquilar”
Miguel Anir camina por la manifestación mientras desde el estrado suenan lemas como “Canarias no se vende, se ama y se defiende” o “vivienda vacacional, negocio criminal”. Anir porta una pancarta que lo dice todo: “Me quieren echar a la calle con dos hijos”. Tiene 47 años, es autónomo con dos hijos de 5 y 14 años. “Soy autónomo, hay meses que tengo los ingresos netos de más de 2.000 dudo, pero a veces no llego”.
Tiene que abandonar su casa desde que hace cinco meses, la casera le envió una carta reclamándole la vivienda después de cumplirse su contrato. “Me dice que quiere vender, pero yo no lo creo”, concluye.


Katia Martín, veterinaria de 26 años, y su pareja. / LUIS PAZ VILLA
Madrid | Katia Martín: “Mi sueldo de veterinaria es bastante precario y el alquiler se llevaría tres cuartas partes”
Katia Martín, veterinaria de 26 años, ha acudido a la protesta con su pareja. Como muchos de los jóvenes que han atendido a la convocatoria de este sábado, lamentan que con la subida del precio de los alquileres en la capital se juega su proyecto de vida. Katia vive con sus padres y quiere emanciparse desde hace mucho tiempo, pero no ha podido encontrar un piso que se ajuste a su presupuesto.
“Pese a lo que puede pensarse, mi sueldo de veterinaria es bastante precario y el alquiler se llevaría tres cuartas partes, entonces es imposible”, relata. Katia espera que la situación cambie a mejor y poder mudarse pronto sin sacrificar casi todos sus ingresos. Construir un hogar juntos es su única opción, de vivir sola “ni hablar”.


La asistente a la protesta Ana Reyes, en Sevilla, este sábado. / Paco Puentes
Sevilla | Una de las manifestantes: “Nuestro arrendador es un gran tenedor y no sabemos qué puede pasar”
El encarecimiento de los alquileres y la imposibilidad de adquirir una vivienda en el centro de Sevilla son algunos de los motivos que comparten la mayoría de los asistentes a la manifestación en la capital andaluza. Es el caso de Ana Reyes, profesora de español de 39 años, que ha acudido con uno de sus dos hijos a la marcha. Lleva toda la vida viviendo de alquiler junto a su pareja, en estos últimos años, junto al arco de la basílica de La Macarena. “Destinamos el 30% del sueldo al alquiler y eso no nos da capacidad de ahorro para comprar una casa en el centro”, indica.
A ella, el casero les sube el precio acorde con el IPC y, aunque reconoce que, más allá de eso, no tiene problemas, sí le preocupa el hecho de que su arrendador sea un gran tenedor. “No sabemos qué va a pasar. A nuestro alrededor muchos se han tenido que mudar porque están convirtiendo sus casas en pisos turísticos”, indica. Para ella, el auge de este tipo de viviendas es el principal encarecimiento de los precios en Sevilla. “El problema ha empezado con ellos, el centro ha cambiado mucho”.

Santiago de Compostela | “La agresiva turistificación de la ciudad empeora cada día nuestras condiciones de vida”
Santiago ha sido este mediodía el escenario de la primera manifestación por la vivienda de las cuatro organizadas en Galicia, que tienen lugar en Vigo, A Coruña y Ourense, aparte de la capital gallega. Unas 1.500 personas de todas las edades, pero sobre todo gente joven, han salido a la calle, convocadas por Xuntanza pola Vivenda, para denunciar que en esta ciudad de 100.000 habitantes la vivienda “es un bien de primera rentabilidad para los especuladores”.
“La agresiva turistificación de la ciudad y la alta demanda por parte del estudiantado y de la propia vecindad incrementa cada día el empeoramiento de las condiciones de vida de la clase trabajadora compostelana”, recogen en su manifiesto los convocantes. Según el Oservatorio Galego da Vivenda, el precio del alquiler en Santiago de Compostela se incrementó desde 2020 en un 36,69%. Además, un 18% de los pisos disponibles superan los 1000 euros al mes.


Ane, vitoriana, durante la protestas. / M. O.
San Sebastián | Ane llama a la unión de los jóvenes y defiende el derecho a “una vivienda gratuita porque es un bien de primera necesidad”
La situación que vive Ane, vitoriana de 23 años, es extensible a muchos jóvenes españoles: “Es muy difícil acceder a un alquiler que te puedas permitir. En mi caso, dedico una gran parte de mi salario al alquiler. Eso me crea inseguridad porque no tengo tanta capacidad de ahorro y mis condiciones de vida van empeorando”. Paga 250 euros mensuales por vivir en un piso compartido cuando su situación laboral tampoco es boyante porque está en “varios trabajos pequeños que de alguna manera me permiten salir un poco a flote”.
Asegura que los jóvenes están sufriendo “unas condiciones laborales muy precarias, con trabajos inestables y sueldos bajos que dificultan tener un estándar mínimo de calidad de vida”. Por eso, considera que “es necesario organizarse para hacer frente al problema de la carestía de la vivienda que afecta terriblemente a la mayoría de la juventud”. Y apostilla: “Así como todos estamos de acuerdo en que debe haber una sanidad gratuita, no entiendo por qué no estamos de acuerdo en el derecho a una vivienda gratuita porque es un bien de primera necesidad”.


Gran Canaria | “Es un problema mundial que se ve a la perfección en este barrio”
Unas 300 personas se han dado cita este sábado en la manifestación en Las Palmas de Gran Canaria. “Tenemos un problema común: se nos están comiendo las uñas. Tenemos que exigir que alguien nos ayude, y ese ha de ser nuestro Gobierno”, afirma desde el estrado Paula Torres Cuarental.
“Es un problema mundial, pero se ve a la perfección en esta ciudad y en este barrio”, afirman Verónica Hernández y Richard Cerpa, de 42 y 44, acompañados de su perro Barni. Ella es autónoma; él, dependiente. Viven cuatro en un piso con dos habitaciones. “Al menos es un chollo: 750 al mes”.


Lucía Vázquez, durante la manifestación en Sevilla. / Paco Puentes
Sevilla | Lucía Vázquez, asistente a la protesta: “Nos sentimos desprotegidos por un turismo que se debería empezar a controlar”
Lucía Vázquez tiene 23 años y trabaja en el sector audiovisual. No tiene un mal sueldo, 1.500 euros, pero el 40% lo destina a pagar un alquiler de 600 “en el que casi no quepo”, y eso, indica, sin sumar los gastos adicionales y las reparaciones de todo lo que se estropea o el pago de todo lo que falta, porque su casero no aporta nada. Es el precio que tiene que pagar, reconoce, por seguir viviendo cerca de La Macarena, en el centro histórico de Sevilla, una zona que han colonizado los pisos turísticos. “Nos sentimos desprotegidos por el turismo, que a lo mejor no es culpable en sí mismo, pero se debería empezar a controlar”, sostiene.


Ana Díez Pérez, Gestora Cultural. 30 años. / Silvia R. PONTEVEDRA
Santiago de Compostela | Ana Díez, asistente a la manifestación: “Creo que puedo aprender a vivir sin mi pareja, pero a ver cómo pago el alquiler yo sola”
Ana Díez llegó a Santiago de Compostela con 18 años, para estudiar su carrera. Aquí vivió en su propia piel la evolución de la vivienda, primero en pisos de estudiantes para seis o siete personas, tan precarios que ella duda que “tuviesen cédula de habitabilidad”. Después marchó a Praga con el Erasmus, y al volver decidió instalarse con su novio, con el que ha vivido seis años. Encontraron un apartamento oscuro, “interior, pero digno” por 530 euros. Pero a los cinco años, “15 días antes de expirar el contrato”, la casera les anunció que el nuevo precio serían 1.500 euros. Imposible asumirlo.
Así que se pusieron a buscar y encontraron un estudio por 450. Una auténtica rareza en una ciudad en la que, según el Sindicato de Inquilinas, no hay más que 13 pisos a menos de 600 euros, todos abuhardillados, alejados y de menos de 40 metros cuadrados. Ahora Ana está en proceso de separación y no encuentra forma de independizarse, porque lo que gana se le iría entre pagar su cuota de autónoma y la renta del piso. Tenía pensado traer una pancarta a la manifestación con este lema: ”puedo aprender a vivir sin ti, pero a ver cómo pago el alquiler“. “No me ha dado tiempo de pintarla, te la doy de titular”, dice.
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